CUANDO HABÍAN PASADO CASI OCHO MESES

La noche mas fría que he pasado en toda mi vida fue la del 8 de Diciembre del año 2014

Esa noche me sentí la persona mas vulnerable, indefensa y sola del universo. Tú, ya no estabas o al menos tu alma, tu escénica y tu voz habían desaparecido.....

Solo un par de días antes te habías despedido de mi de manera inusual, me dijiste: adiós amor, me pareció extraño porque tú siempre te despedías con alguna broma ingeniosa o con alguna recomendación que llevaba encerrado un chiste que solo tu y yo entendíamos, pero esa vez fue diferente, y lo que sentí con esas palabras fue real y hermoso, me sentí de 7 años una vez mas y me fui satisfecha esperando que mis deberes me permitieran volver el lunes.

Y claro, el lunes no pude visitarte en el hospital donde ya eramos conocidos por tus estancias prolongadas y constantes.
El martes...

Me dieron la noticia por teléfono, sentí que el piso desapareció y que iba en caída libre y esa caída parecía no tener fin, aun ahora por momentos puedo sentir que sigo cayendo, pero en ese momento mi corazón murió y mis lágrimas brotaron automáticamente, no podía entender que desde entonces estaría  atrapada en esta vida si poder escuchar tus inteligentes conversaciones ni tus palabras de aliento.

La desesperación se apodero de mi y pude escuchar una petición que me hacías frecuentemente (cuida de tu madre) así que levante los hombros y me hice alta, abrace a mamá y fui fuerte para ella, a pesar de que el dolor hacia que los abrazos fueran abrasadores.

Después de un largo proceso pude verte y no te reconocí, no, no pude ver a mi abuelo juguetón fuerte y terco en aquella figura dentro de un ataúd rodeado de flores y un par de lágrimas hipócritas, tu en mi mente siempre estarás de pie imponente, fuerte y amable esperando que suba las escaleras para llegar a ese apretón de manos firme, lleno de confianza y un pequeño beso en la mejilla que me inundaba de ternura, así es como te pensaba en esos momentos, porque verte ahí no reflejaba lo que en vida fuiste.

Ahora estas dentro de una pequeña urna de color negro y tampoco estoy de acuerdo con eso. Deberías estar en algún lugar que refleje tu inmensidad para esta familia.

Después de 7 meses  y casi 20 días te sigo extrañando como la primer fría y vacía noche que pase sabiendo que no volverías, todavía me pregunto ¿que es lo que dirías si...? O ¿que te gustaría de regalo para tu cumpleaños...? ¿Como harías de alguna de mis anécdotas un chiste...? O lo orgulloso que te hubieras sentido cuando recibí un rectángulo de papel que dice que termine la licenciatura; cuando estoy en tu casa y digo algo inteligente,  algo que tu hubieras dicho aún busco tu rostro y una mirada de aprobación, pero no lo consigo y no lo voy a conseguir nunca mas, no de ti.

Todavía me descubro sonriendo solo por cortesía y a pesar de que he trabajado mi tristeza por tu partida yo te sigo extrañando y lo seguiré haciendo porque no tengo intenciones de olvidarte, y espero que si existe algo mas después de este plano te pueda volver a encontrar porque haciendo una evaluación a casi 8 meses me haces falta, te extraño, te necesitó y a mí y a mi egoísmo nos sigue pareciendo injusto que no estés aquí para ser testigo y participe de mi sueños cumpliéndose o de mis fracasos.
No estas aquí y debo confesarte que todo va mal, muy mal...